Domesticación y modelado del comportamiento felino | Happy Cat Expert
La historia de los gatos es fascinante, y han pasado por un proceso de domesticación muy singular. Mientras que los perros fueron criados intencionadamente para trabajar junto a los humanos, los gatos básicamente eligieron mudarse con nosotros ¡y nunca se marcharon! Entender cómo se desarrolló esto puede darnos una nueva apreciación sobre por qué los gatos hacen lo que hacen, y cómo podemos satisfacer sus necesidades para ayudarles a prosperar.
Los ancestros salvajes de los gatos domesticados
Lo primero que hay que recordar es que los gatos descienden del gato montés africano, un animal realmente solitario. Aunque los gatos domesticados han evolucionado para vivir junto a los humanos, esta tendencia solitaria sigue presente y moldea su comportamiento de diferentes maneras.
Es importante destacar que la historia de la domesticación de los gatos implica que no han desarrollado muchos comportamientos para comunicarse visualmente con otros gatos. Por ejemplo, no muestran comportamientos de sumisión como hacen los perros, o si lo hacen, son mucho más sutiles y aún no los entendemos completamente. Esto significa que los gatos domesticados tienden a evitar la comunicación cara a cara siempre que pueden, prefiriendo comunicarse a través del olfato y las feromonas.

La importancia del olfato en las relaciones felinas
Dejar marcas de olor en su orina es la forma perfecta de comunicación a larga distancia. Esto permite a los gatos conocer a otros gatos de la zona sin tener que encontrarse cara a cara y arriesgarse a una pelea.
Para los gatos que sí conocen y consideran parte de su familia, el olor también es muy importante. Las parejas o grupos se acicalan entre ellos, se frotan la cara y el cuerpo unos contra otros, y duermen en las mismas camas. Esto asegura que compartan un olor común y se sientan seguros y tranquilos cuando están juntos.
Puedes ver lo importante que es esto para los gatos domesticados cuando uno de los dos va al veterinario. A menudo, el gato que se queda gruñe o bufa cuando el otro regresa porque ha adquirido un fuerte olor clínico.
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Instintos de supervivencia felinos y la necesidad de seguridad
Debido a su ascendencia solitaria, el comportamiento del gato domesticado suele implicar cazar y comer en solitario. Los gatos tienen una fuerte motivación por mantenerse a salvo y evitar situaciones estresantes, lo que les ayuda a no ponerse en peligro. Por ejemplo, es posible que un gato domesticado huya si le pisas la cola por accidente, en lugar de atacar.
Esto también explica la tendencia de los gatos a buscar lugares altos, como las encimeras de la cocina o las repisas. Los sitios elevados les proporcionan un punto de observación desde el que pueden mantenerse fuera de peligro mientras vigilan su territorio. Si tienes gatos miedosos o ansiosos, añadir lugares altos en casa especialmente para ellos les ayudará a ganar confianza —¡y no olvides tener tu FELIWAY enchufado en esas zonas!

El papel de los humanos en la domesticación de los gatos
Durante la historia de la domesticación de los gatos, estos comenzaron a acercarse a los asentamientos humanos cuando las personas empezaron a almacenar grano, lo que atrajo un suministro constante de roedores. Esto fue clave para que los gatos empezaran a vivir junto a los humanos, ya que las personas valoraban el control de plagas y acogieron a los gatos en sus comunidades.
Al principio, estos gatos habrían sido simplemente versiones más dóciles de sus homólogos salvajes. Sin embargo, a medida que nacían gatitos en los refugios humanos o cerca de ellos, comenzaba el proceso de socialización con las personas. Además, si los gatitos tienen experiencias positivas con humanos entre las dos y las ocho semanas de vida, estarán mucho más tranquilos en presencia de personas. Y este proceso continúa.
La formación de colonias de gatos
Este comportamiento en los primeros gatos domesticados hizo que empezaran a estar también muy cerca unos de otros. Todos se congregaban en torno a una fuente de alimento tan concentrada (los roedores), en lugar de cazar en un territorio más amplio. Así, comenzaron a socializar de forma natural entre ellos y a formar colonias de gatos que vivían en libertad.

Hoy en día, vemos a los gatos en distintas situaciones sociales: viviendo completamente solos, en colonias, o conviviendo con un humano dentro de su casa. No todos los gatos se adaptan igual a cada escenario, y esto suele depender de su genética, su socialización temprana y el entorno disponible.
Los gatos que viven en libertad aún tienden a reunirse en torno a una fuente de alimento fiable. Esto puede ocurrir en pueblos o ciudades, donde miembros de la comunidad alimentan a los gatos callejeros, o en grandes colonias que viven en bosques y otras zonas alejadas de los humanos, donde pueden cazar por sí mismos.
Aún lejos de una domesticación completa
Lo que está claro es que los gatos todavía están muy lejos de estar totalmente domesticados y de perder por completo sus rasgos salvajes. Esto es maravilloso por muchas razones, y su naturaleza salvaje es algo que suele atraer a quienes convivimos con gatos. Para otras personas, sin embargo, puede resultar más complicado, especialmente cuando se trata de su impulso innato por cazar fauna silvestre, algo que no pueden perder en un periodo evolutivo tan corto.
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