
Nunca juzgues a un gato por su apariencia: un experto en gatos felices lo explica
A menudo, las personas utilizan adjetivos para describir a los demás de una manera simplificada y, generalmente, refiriéndose a los peores defectos de una persona. Por ejemplo, es común escuchar que alguien es explosivo, antisocial, aburrido, celoso, y así sucesivamente. Entonces, ¿los animales se describen a otros animales de la misma manera? ¡No realmente!
Los animales no usan palabras para describirse a sí mismos, al menos no de manera verbal. Sin embargo, las personas a menudo utilizan el mismo enfoque superficial y erróneo para describir a los animales como lo hacen con los humanos. Y cuando se utilizan adjetivos para describir a los gatos en particular, aparecen una serie de características negativas: traviesos, malos, malintencionados, reactivos, desagradecidos, vengativos, rebeldes e incluso dominantes. Los problemas de comportamiento que muestran los gatos suelen ser utilizados como sus principales descriptores.
Los peligros de cómo describimos a los gatos
Este tipo de descripción de los gatos debe evitarse porque impide entender las verdaderas motivaciones y emociones detrás de los comportamientos de un gato. Además, puede afectar el vínculo humano-gato.
Los gatos a quienes se les atribuyen estos adjetivos a menudo son maltratados con gritos, rociándoles agua o castigándolos. Debido a que se describen como traviesos, por ejemplo, la gente cree que estos métodos son necesarios para manejar a sus gatos.
En otras palabras, este lenguaje aparentemente inofensivo puede llevar a una mala interpretación del comportamiento de un gato, lo que a su vez afecta negativamente la percepción y actitud hacia él. Esto solo empeora cualquier problema, pudiendo causar estrés, ansiedad, cambios en el comportamiento y rompiendo el vínculo entre humanos y gatos.
Por lo tanto, nunca debemos juzgar un libro por su portada. O, como yo lo diría, ¡nunca debemos juzgar a un gato por su supuesta mala conducta!
El temperamento de un gato es mucho más que solo un rasgo
El temperamento de un gato se refiere a su comportamiento único y cómo reaccionan ante el mundo, y generalmente se describe por una combinación de rasgos. Por ejemplo, si un gato que muerde a las personas desconocidas se describe como antipático, esto no está técnicamente mal. Sin embargo, es una definición incompleta porque su falta de simpatía hacia los extraños es solo una parte de su temperamento y cómo se enfrenta a una situación particular.
En este ejemplo, el gato también podría ser inteligente, ágil, afectuoso con las personas y animales familiares, juguetón, temeroso de los ruidos y más. En otras palabras, este gato tiene muchas otras características en su complejo temperamento, pero las personas tienden a utilizar solo los “puntos de dolor” — los comportamientos problemáticos en particular — cuando usan adjetivos para describir a un gato.
Esto no solo es un gran error, sino también injusto: los problemas de comportamiento nunca deben definir a un individuo, sin importar su especie.
Antropomorfismo: Mala interpretación del comportamiento de los gatos
Los gatos también son descritos según la interpretación que las personas hacen de su propio comportamiento. Sin embargo, este no es un buen enfoque.
Las personas tienden a interpretar a los gatos como si fueran seres humanos, atribuyéndoles intenciones y emociones humanas, lo que se conoce como una visión antropomórfica. Por ejemplo, al describir a un gato que orina fuera de su arenero, se utilizan adjetivos como sucio, terco, desordenado y desobediente. Esto da la impresión de que el gato tiene mala higiene y prefiere usar otro lugar en lugar del sitio adecuado, incluso sabiendo que está mal. En la mayoría de los casos, estas no son las razones para que los gatos hagan sus necesidades fuera del arenero. Pueden existir muchas causas, como dolor, incomodidad, acceso bloqueado al arenero, o falta de areneros grandes, limpios y ubicados adecuadamente.

Cuando se habla de un gato que ha mordido a alguien, las personas suelen explicar su comportamiento en función del daño causado a la persona. Luego, utilizan palabras como terrible, malo y malvado, como si el comportamiento del gato tuviera un propósito malicioso. En realidad, los gatos que muerden a menudo lo hacen como una conducta defensiva cuando no tienen una vía de escape, y probablemente están experimentando emociones extremas como miedo, ansiedad, frustración o incluso dolor.
Describir a los gatos desde un punto de vista antropomórfico no tiene sentido. Las personas cometen errores al interpretar los comportamientos de los animales, lo que lleva a malentendidos y puede hacer que se pasen por alto problemas de salud.
Apreciando a los gatos por quienes son
Los gatos son mascotas muy especiales que nos brindan compañía, afecto y numerosos beneficios físicos y emocionales. Debemos recompensarlos reconociendo la riqueza y complejidad de su temperamento único y haciendo juicios más precisos.
Si queremos tratar los problemas de comportamiento felino, o simplemente tener una buena relación con nuestros gatos, debemos comenzar interpretándolos y describiéndolos de manera objetiva. Esto significa usar una perspectiva amplia y profunda, reconociendo la importancia de todas sus fortalezas y debilidades. Después de todo, si a nosotros los humanos no nos gusta ser juzgados por nuestros defectos, ¿por qué haríamos eso con nuestros gatos?
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