Gato bengalí jugando y cazando dentro de la casa.

El gato y sus dos roles: cazador y presa. ¡Una experta en gatos felices lo explica!

El gato doméstico conserva muchas de las características biológicas de sus antepasados salvajes, así como gran parte de su modus vivendi. Por ello, los gatos están fuertemente apegados a su territorio, viven en solitario y actúan como cazadores de pequeñas presas. En este artículo, exploraremos estas características clave de los gatos, tanto en su faceta de cazador como en la de presa.

La ascendencia de los gatos domésticos

El gato doméstico se origina a partir de un antepasado que aún existe en la actualidad: el gato salvaje africano (Felis silvestris lybica). Es interesante observar que hay una serie de características comunes al gato salvaje que también definen el comportamiento de los gatos de hoy en día. Si bien es cierto que existen matices derivados del proceso de domesticación, vale la pena profundizar en estas características comunes y en cómo influyen en el comportamiento actual de nuestros gatos:

        Territoriales: los gatos dependen en gran medida de los recursos que ofrece su territorio, como la disponibilidad de alimento, lugares para refugiarse y la cercanía de personas. Al fin y al cabo, las personas en parte proveen los dos recursos anteriores.

        Predadores: los gatos son cazadores de pequeñas presas, como pájaros o roedores. De hecho, esta es su principal fuente de alimento cuando no reciben comida de los humanos. Sin embargo, dado que cada presa aporta pocas calorías, los gatos deben cazar y comer numerosas capturas al día para sobrevivir. Esto exige un gran gasto diario de tiempo y energía en actividades de caza.

        Solitarios: los gatos cazan individualmente, y la presencia de otros gatos genera competencia por los recursos que ofrece su territorio. Por supuesto, hay excepciones a esta regla, como cuando existe una gran disponibilidad de recursos en el mismo territorio. En ese caso, los gatos pueden coexistir con otros individuos de su misma especie e incluso formar grupos sociales estables. Otra excepción es la época reproductiva, cuando los gatos buscan individuos del sexo opuesto para aparearse.

 

Gato gris oscuro encaramado en una plataforma para trepar.

Los gatos como cazadores y presas a la vez

Podemos considerar al gato doméstico predominantemente como un animal cazador. En muchos casos, los gatos sobreviven alimentándose de las presas que ellos mismos cazan. De hecho, el gato salvaje comenzó originalmente a acercarse a los asentamientos humanos debido a la gran presencia de roedores cerca de las reservas de alimentos que el hombre acumulaba. Así, al permitir que los gatos desempeñaran esta función “raticida”, el hombre comenzó a proporcionarles alimento natural.

Históricamente, sin embargo, los gatos también han desempeñado el papel de presa para carnívoros depredadores más grandes, como cánidos salvajes o, más recientemente, perros callejeros. Esto implica que los gatos no solo deben permanecer en estado de alerta para encontrar presas, sino también para protegerse de ser cazados.

A partir de este hecho, es fácil entender que los gatos son una especie particularmente sensible a estímulos potencialmente amenazantes: son animales que se asustan con facilidad, y su principal estrategia de supervivencia es huir y/o esconderse. Por lo tanto, para sentirse seguros en su territorio, es importante que los gatos puedan controlar y reconocer los estímulos en su entorno. Asimismo, necesitan contar con numerosos y efectivos escondites, como refugios elevados, a los cuales depredadores más grandes y menos ágiles tendrán dificultad de acceder.

¿Cómo podemos adaptar estos roles para los gatos domésticos?

Cuando viven con nosotros, es importante que consideremos la naturaleza propia de los gatos como especie. Debemos respetar sus necesidades, no solo fisiológicas, sino también conductuales. En este sentido, respetar las condiciones derivadas del doble rol ancestral de los gatos domésticos (como cazadores y presas) es fundamental para garantizar una convivencia sana y tranquila.

Adaptando a los gatos domésticos al rol de cazador

Como hemos mencionado, la caza o la depredación es una de las principales actividades que ocupan de forma natural la mayor parte del tiempo diario de un gato. Cuando un gato vive en interiores con nosotros, incluso si tiene comida sin necesidad de cazar, seguirá necesitando dedicar gran parte de su tiempo diario a la búsqueda y a actividades predatorias.

Cuando alimentamos a nuestros gatos colocando la comida en sus cuencos, estamos reduciendo drásticamente el tiempo que dedican a la búsqueda y a la ingesta. Esto también disminuye su actividad física y estimulación mental, que de otro modo obtendrían a través de la caza, y en consecuencia aumenta el riesgo de obesidad y otras afecciones médicas.

 

Gato atigrado gris jugando con un juguete de plumas.

 

Teniendo esto en cuenta, es esencial que adaptemos el entorno del hogar a las condiciones que los gatos tendrían en un entorno natural, brindándoles oportunidades para cazar y forrajear. Esto se puede lograr mediante dispositivos rellenables de alimento o juguetes que permitan al gato emplear tiempo en encontrar y obtener la comida. También se puede llevar a cabo a través del juego o del uso de juguetes que fomenten la depredación, como aquellos que simulan el movimiento de las presas. Estas actividades alternativas a la caza permiten que los gatos domésticos se sientan más estimulados y, a su vez, mejoren su bienestar.

Adaptando a los gatos domésticos al rol de presa

Los gatos son particularmente sensibles a estímulos nuevos o desconocidos. El rol ancestral del gato como presa significa que están constantemente en alerta cuando se alteran las condiciones en su entorno. Por lo tanto, para mantener a nuestros gatos en los niveles más altos de calma y bienestar en el hogar, es recomendable aplicar las siguientes medidas:

● Estabilidad: crear un entorno estable y tranquilo para tu gato, donde haya cambios mínimos.
● Escondites: proporcionar muchos escondites y áreas elevadas para que tu gato se sienta seguro en caso de que aparezcan cambios o estímulos desconocidos (como personas u otros animales) en la casa.
● Marcaje territorial: permitir que tu gato marque el territorio con
feromonas frotándose la cara o el cuerpo en los objetos, o incluso utilizando objetos para rascar, y evitar borrar o limpiar sus marcas. La familiaridad de estos mensajes dentro de su territorio les brindará una sensación de seguridad.
● Espacio seguro: crear un área privada para tu gato a la que personas o animales desconocidos nunca puedan acceder. Puede ser una zona específica de la casa o una habitación que no sea de paso. Si tu gato sabe que puede refugiarse allí cuando se sienta nervioso o amenazado, le ayudará a sentirse con el control de su entorno.

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